A estas alturas pocos dudan que los Milwaukee Bucks estén cuajando una magnífica temporada, seguramente por encima de las expectativas que había antes de comenzar la misma. Salvo catástrofe, y cuatro años después, el equipo de Wisconsin estará presente en los playoffs con opciones de quedarse la quinta plaza de la conferencia este (la que ocupan actualmente) que les permitiría jugar contra el cuarto clasificado, Atlanta o Boston, rivales más asequibles que Orlando y Cleveland.
Las cosas empezaban como habían acabado la temporada anterior. Mal. Michael Redd, el jugador franquicia que venía de disputar nada más que 33 partidos en la campaña 08/09, sólo pudo jugar 18 este año antes de borrarse para el resto de la temporada debido a una lesión en la rodilla. Redd ha jugado toda su carrera profesional en los Bucks desde que llegara en el año 2000. El jugador de Ohio promedió 23.5 puntos desde 2003 hasta 2009, fue All-star en 2004 y miembro de la selección americana que ganó el oro en Pekín.
Pero algo ha cambiado. El equipo no cuenta con una superestrella como otros de la conferencia (James, Howard, Pierce, Johnson, Wade, Bosh, Wallace, Granger...), pero si con una plantilla que parece compensada, centrada; en la que sus jugadores están dando probablemente lo mejor de ellos mismos. La sintonía del equipo es buena y se nota en el juego.

Ersan Ilyasova volvió a los Bucks tras dos temporadas en el Barcelona y está jugando a un buen nivel. Es un jugador del gusto de cualquier entrenador, al estilo europeo, un hombre alto que puede salir y tirar desde lejos. El turco todavía no ha cumplido los 23 años. Carlos Delfino también regresó a la NBA tras su pasada temporada europea y está disputando más minutos que nunca aportando puntos, rebotes y músculo. Como complementos Mbah a Moute, Luke Ridnour y otros que aportan experiencia como Charlie Bell, Dan Gadzuric, Jerry Stackhouse y Kurt Thomas (a ver lo que aguanta el cuerpo).
Lo cierto es que tras analizar estos nombres sigo sin saber ciertamente cuál es su secreto para estar ahí arriba, ¿será el equipo técnico el culpable? Es muy probable que Scott Skiles, un entrenador que lleva relativamente poco tiempo en la liga, esté haciendo un gran trabajo y el equipo ya supera desde hace varias fechas su récord de la temporada pasada. Juegan bien y últimamente han ganado a rivales peligrosos como Atlanta, Denver y Boston, además de ser el último equipo que consiguió derrotar a Cleveland Cavaliers allá por el día 6 de marzo. El cambio de mentalidad es evidente.
Pase lo que pase, los Bucks se quedarán seguramente con los carteles de “equipo revelación” y “sorpresa de la temporada”, pero al fin y al cabo los números están ahí. Veremos hasta dónde son capaces de sorprendernos.