Existe un estado en lo relativo al cuerpo y a la mente en el que ambos se relajan y desconectan temporalmente del día a día, a veces rutinario a veces estresante. Un período en el que no te preocupas por lo debes hacer mañana ni por el tiempo que tendrás para ello. Además de todo esto, las vacaciones sirven para poder dedicar algo más de tiempo a tus aficiones, ya sean el cine, planear posibles viajes, navegar en kayak, o ver algún que otro partido de la NBA hasta altas horas de la madrugada. Por ejemplo, anoche un emocionante Detroit – Phoenix y la revancha de los Lakers ante los Warriors que vencieron en el Staples Center el día anterior. De vez en cuando resulta gratificante el sentarse en el sillón a disfrutar de un buen partido después de haber salido a dar una vuelta o de haber recibido a algunos amigos a cenar en tu casa. Puede que sean las 2 o las 3 de la mañana y que el cuerpo te pida cama antes de que acabe el tercer cuarto, o que la espera del descanso te deje durmiendo en el sofá. Pero de cualquier manera, el aficionado siente como si un nuevo día comenzara, a pesar de que no vaya a durar más de dos o tres horas, cuando ve en la tele que dos tíos de más de dos metros, a miles de kilómetros, saltan en el centro de la cancha a por un balón que ha lanzado hacia arriba un señor de gris.
En cuanto al futuro, dentro de poco estará disponible la nueva versión de DiarioNBA (puede que a lo largo de esta semana), ya que hay gente muy competitiva trabajando en ella. De momento yo aprovecho para recopilar datos, ideas y pensar en artículos para escribir. Tengo algunos temas pendientes que me apetecen especialmente, como por ejemplo la carrera hacia el MVP, mis bases favoritos, analizar los equipos de cara a los playoffs, etc. Por supuesto estoy abierto a sugerencias, esperando que cada vez el Diario sea accesible a un mayor número de aficionados.
