22 junio 2008

Apuesta Ganadora

Hay apuestas que salen bien y otras que salen mal. Hay fichajes de relumbrón que dan frutos y otros que más hubiera valido no hacerlos. Muchas veces las decisiones importantes y el dinero no sirven de nada, pero otras pueden suponer un billete para un título de la NBA. Cuando Boston supo que elegiría en 5º lugar en el draft de 2007, lo cual anulaba sus opciones de quedarse con Greg Oden o Kevin Durant, Danny Ainge, director ejecutivo de los Celtics, tomó una decisión que casi un año más tarde llevaría a su equipo a lo más alto del mundo baloncestístico. Aquella decisión se basó en un cambio absoluto en la concepción de futuro que se les suponía a los de Boston. En principio aquel proyecto era reunir a un equipo de jóvenes alrededor de una estrella consolidada como Paul Pierce y sumarles a un número 1 o 2 del draft, pero con una quinta elección ya no se podía.

La decisión, aunque premeditada, se tomó rápidamente. Aquella misma noche del draft de 2007 los Celtics traspasaban a Delonte West y Wally Szczerbiak, más esa quinta elección por la estrella de los Seattle Supersonics Ray Allen que estaba apunto de cumplir los 32 años. Ainge seguía trabajando y más adelante, en aquel mismo verano, se hacía oficial el fichaje de la superestrella Kevin Garnett, de 31 años, a cambio de Al Jefferson, Sebastian Telfair, Ryan Gomes, Gerald Green, que entonces tenían 22, 22, 25 y 21 años respectivamente, y el veterano Theo Ratliff de 34, más una elección de primera ronda en el draft de 2009. Era un cambio drástico de planes y una clara declaración de intenciones: “vamos a por el anillo”. Desde aquel momento de la pretemporada los Boston Celtics pasaban de haber conseguido tan sólo 24 victorias en la temporada anterior a ser el máximo favorito para el título 2007-2008. Pero lo importante llegaría conforme pasaban los partidos, las semanas y los meses; y la confirmación cuando terminaron la temporada regular con 66 victorias. Algunos dudamos cuando comenzaron los playoffs y tuvieron que ir a 7 partidos contra Atlanta y Cleveland, pero nada más lejos de la realidad, la experiencia, el oficio y el empeño en no perder un posible último tren de Pierce, Garnet, Allen y sin olvidar a otros veteranos como Cassell, P.J. Brown, Posey o House, hicieron posible el sueño del anillo para una mítica franquicia en una mítica final ante los Lakers que revivía los clásicos de los 80. Garnett y Allen conseguían lo que Malone y Payton no pudieron conseguir con los californianos en 2004.

05 junio 2008

Como aquella Canción de los Años 80

Muchas cosas se han escrito sobre estas finales. Dicen que va a revivirse una batalla que se libró hasta tres veces allá por los años 80. En el 84 los Celtics fueron campeones y en los años 85 y 87 los Lakers. Bird, Abdul-Jabbar y Magic fueron MVP de aquellas finales respectivamente.

Muchas cosas se han podido leer y escuchar sobre muchas cosas que rodean estas finales. Ahora parece que algunos se dan cuenta, sobretodo en el ambiente de Boston, de que el traspaso de Pau Gasol fue “un regalo”, “un timo”, “un robo”… Ahora surge que los Lakers ofrecieron en verano a Odom, Bynum, más primera ronda del Draft por Garnett y que Minnesota se negó. Ahora los periodistas buscan a las estrellas de hoy para que hablen de cuando veían en la tele esas finales de los 80 siendo niños. Que si Paul Pierce, nativo de LA, creció viendo al que ahora es su rival. Se busca hasta el más mínimo detalle.

Se compara a los Larry Bird, Bill Walton, Danny Ainge, Kareem Abdul-Jabbar, Magic Johnson, Byron Scott… con los Kevin Garnett, Paul Pierce, Ray Allen, Kobe Bryant, Pau Gasol y Lamar Odom. Se busca en el baúl de los recuerdos para volver a citar nombres de personajes míticos como los jugadores mencionados, o como el del gran Red Auberbach, y términos acuñados en aquella década como el tan mencionado "showtime".

Las altas instancias de la NBA se frotan las manos. El merchandising va que vuela y la ABC se relame con el tema de las audiencias, y es que el MVP del año pasado fue Tony Parker, pero más Tony Soprano. El final de “Los Soprano” fue visto por 11.9 millones de espectadores en una cadena, la HBO, que se ve en unos 30 millones de hogares estadounidenses. Al mismo tiempo, el segundo partido de la final entre San Antonio y Cleveland era seguido por 8.6 millones en la ABC, que se sintoniza en 111 millones de casas. Encima, los expertos en audiencias dijeron que el partido anterior, el que abrió la final, fue el menos visto en la historia de las finales de la NBA.

“La final soñada por todos” dicen. Seguro que lo es para Stern, para la Walt Disney, que es propietaria de la ABC, y para muchos otros, entre ellos los nostálgicos y aficionados del puro basket. Seguro que no lo es para los fans de San Antonio, Detroit, Cleveland…

En fin, todo sea por disfrutar el espectáculo del mejor baloncesto y el de las grandísimas finales; ya sean las de los pantalones cortos cortos de los 80, o las de los pantalones cortos largos por debajo de las rodillas del siglo 21. A divertirse.